La hidratación es un componente esencial para la salud y el bienestar de los niños. El agua no solo es vital para mantener las funciones básicas del cuerpo, sino que también juega un papel crucial en el desarrollo y el crecimiento. Sin embargo, asegurar que los niños estén adecuadamente hidratados puede ser un desafío, especialmente con el ajetreo de la vida diaria y las múltiples distracciones a las que están expuestos.
El contenido de agua en el cuerpo varía a lo largo de la vida. En el feto, más del 90% del peso corporal es agua, porcentaje que disminuye al 75% en los recién nacidos. A los seis meses, representa el 60% del peso y en la edad adulta se reduce a aproximadamente un 50%. Esto demuestra que hasta los 18 años, la necesidad de líquidos es significativamente mayor.
Beneficios al tomar agua
Un lactante sano pierde, en relación a su peso corporal, más líquidos que un adulto. Además, su sistema renal aún es inmaduro. Los bebés no pueden concentrar la orina tan eficientemente como los adultos, lo que significa que necesitan eliminar más líquido para deshacerse de la misma cantidad de impurezas, contribuyendo a un mayor riesgo de deshidratación. Para mantener un equilibrio adecuado, es ideal que un bebé consuma aproximadamente un 15% de su peso corporal en líquidos.
¿Qué cantidad de agua debe tomar un niño?
Los bebés amamantados no requieren agua adicional. Hasta los seis meses de edad, la leche materna es suficiente para satisfacer todas sus necesidades nutricionales e hidratarlos adecuadamente.
- De 0 a 6 meses: 700 ml (lo que se asume que es de leche materna).
- De 7 a 12 meses: 800 ml.
- De 1 a 3 años: 1.3 litros.
- De 4 a 8 años: 1.4 litros
Tips para que los niños elijan el agua
Existen numerosas formas de animar a todos los miembros de la familia a mantenerse hidratados. Ser un modelo a seguir es clave para incorporar el hábito de beber agua en la rutina diaria de los niños y para acostumbrarlos a hidratarse antes de sentir sed.
Aquí te compartimos algunas ideas:
- Mantén a mano frutas y verduras con alto contenido de agua. Desde el refrescante pepino hasta la jugosa sandía, hay una amplia variedad para elegir
- Transforma la hora del agua con cubitos de hielo llenos de frutas congeladas. No solo adornarán las bebidas, sino que también pueden ser una divertida actividad para los más pequeños
- Sorprende a los niños con botellas de agua o vasos especiales. Desde botellas deportivas personalizadas hasta vasos con adornos divertidos, añadir un toque festivo puede hacer que beber agua sea aún más emocionante
- Haz tus propias paletas de helado con puré de frutas para una tarde refrescante. Involucra a toda la familia en esta divertida actividad utilizando vasos de papel o moldes de paletas con formas y colores divertidos
- Deja reposar agua con limón, bayas, pepino o menta para darle un toque de sabor. Es una manera sencilla de hacer que toda la familia disfrute de cada sorbo
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Señales de deshidratación
- Falta de lágrimas
- Boca y lengua reseca
- Ojos hundidos
- Piel grisácea
- Fontanelas hundidas en la cabeza del bebé
- Disminución de producción de orina
- Letargo o irritabilidad
- Fatiga o mareos en un niño mayor
¿Cómo tratarlo?
Cuando los niños sufren deshidratación debido a vómitos o diarrea por enfermedades como la gastroenteritis, es crucial reemplazar los líquidos perdidos con sueros orales lo antes posible. La administración de los sueros debe comenzar en las primeras horas, ofreciendo pequeñas cantidades de 5 a 10 ml cada pocos minutos para garantizar una correcta asimilación.
En el caso de lactantes, la lactancia materna debe continuar, a menos que estén experimentando vómitos recurrentes. Los sueros orales pueden administrarse entre las tomas de leche materna. Para bebés alimentados con fórmula o sólidos, se puede reiniciar la alimentación tan pronto como el niño pueda retener líquidos y no muestre signos de deshidratación varias horas después. No es necesario realizar cambios en la fórmula general utilizada.
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¿Cuándo buscar asistencia médica?
Si tienes alguna preocupación sobre la deshidratación o cualquier enfermedad relacionada con el calor, no dudes en comunicarte con el pediatra. Sin embargo, si tu peque muestra signos de extrema letargia, falta de respuesta, vómitos persistentes, cese de la sudoración o dolor abdominal intenso, es crucial dirigirte a la sala de emergencias local o llamar al 911 de inmediato. Aunque estos casos son menos frecuentes, actuar con prontitud puede marcar la diferencia en su salud.
La hidratación adecuada es esencial para el bienestar y el desarrollo saludable de los niños. Mantenerlos correctamente hidratados no solo promueve su salud física, sino que también mejora su rendimiento cognitivo y su estado de ánimo. Como padres y cuidadores, tenemos la responsabilidad de fomentar hábitos saludables de consumo de agua y de estar atentos a los signos de deshidratación en nuestros hijos.