El embarazo es una etapa llena de emociones y cambios, y con ella surgen muchas preguntas sobre la dieta y los hábitos diarios. Una de las inquietudes más comunes entre las futuras mamás es sobre el consumo de café y cafeína. ¿Es seguro seguir disfrutando de esa taza de café matutino? ¿Cuánta cafeína es considerada segura durante el embarazo?
Es difícil determinar con precisión cuánta cafeína hay en una taza de café, ya que depende de la marca, el método de preparación y el tamaño de la taza.
Los estudios indican que consumir más de 200 miligramos de cafeína al día durante el embarazo puede no ser saludable. Esto equivale a una taza grande de 12 onzas (180 ml) o dos tazas pequeñas de 6 onzas (90 ml). Consumir grandes cantidades de cafeína durante el embarazo se ha relacionado con problemas en el crecimiento y desarrollo del bebé. Un alto consumo de cafeína durante el embarazo incrementa el riesgo de aborto espontáneo, bajo peso al nacer y otros posibles problemas durante la gestación.
¿Cómo reducir el consumo de cafeína?
¿Te resulta difícil reducir la cafeína de golpe? Aquí tienes una forma sencilla de empezar:
Primero, limita el café a una o dos tazas al día y presta atención al tamaño de las tazas. Comienza mezclando café descafeinado con café normal. Eventualmente, reemplaza el café normal por completo con descafeinado. Recuerda que la cafeína no se encuentra solo en el café. El té verde y negro, las bebidas energéticas, los refrescos de cola y otros tipos de refrescos también contienen cafeína. Trata de optar por productos descafeinados (que aún pueden contener pequeñas cantidades de cafeína) o alternativas sin cafeína.
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Y si te preguntas sobre el chocolate, es cierto que también contiene cafeína, pero la buena noticia es que puedes disfrutarlo con moderación. Una tableta normal de chocolate contiene sólo entre 5 y 30 miligramos de cafeína, por lo que consumirlo en pequeñas cantidades durante el embarazo no representa un problema.
La cafeína es un estimulante y un diurético. Como estimulante, puede aumentar la presión arterial y el ritmo cardíaco, efectos que generalmente se deben evitar durante el embarazo. La cafeína también aumenta la frecuencia de las ganas de orinar, lo que puede reducir los niveles de fluidos corporales y llevar a una posible deshidratación. Aunque el cuerpo de la madre gestante puede procesar la cafeína, el bebé no tiene la misma capacidad, ya que su metabolismo aún está madurando. Incluso una pequeña cantidad puede alterar los patrones de sueño del bebé o sus movimientos normales en las etapas finales del embarazo. La cafeína puede mantener despiertos tanto a la madre como al bebé.
Numerosos estudios han demostrado que la cafeína puede causar defectos de nacimiento, nacimientos prematuros, reducción de la fertilidad y aumentar el riesgo de bajo peso al nacer y otros problemas reproductivos. Aunque algunos estudios aún no son concluyentes, durante la gestación es mejor prevenir para proteger la salud del bebé.
Mientras que pequeñas cantidades pueden ser seguras, es importante estar consciente de los posibles riesgos y efectos sobre la salud tanto de la madre como del bebé. Reducir gradualmente la ingesta de cafeína, optar por alternativas descafeinadas y mantener una dieta equilibrada son pasos esenciales para asegurar un embarazo saludable. Consulta siempre con tu profesional de la salud para obtener recomendaciones personalizadas y hacer elecciones informadas.
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