La conjuntivitis es una de las infecciones oculares más comunes en los niños, y aunque generalmente no es grave, puede generar incomodidad y preocupación entre los padres. Esta condición, que se presenta con ojos rojos, picazón, secreción y sensibilidad a la luz, puede ser causada por virus, bacterias, alergias o irritantes externos. Como papá o mamá, es importante reconocer los síntomas y saber cómo tratarla adecuadamente para aliviar el malestar de tu hijo y evitar su propagación.
La conjuntivitis, también conocida como “ojo rojo”, es una infección ocular muy común entre los más pequeños. Al ser contagiosa, suele propagarse fácilmente en espacios como guarderías, preescolares o parques. Pero no solo afecta a niños: los adolescentes y adultos también pueden contagiarse.
Esta condición ocurre cuando se inflama la conjuntiva, que es la capa transparente que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados. Aunque puede parecer un poco alarmante, lo cierto es que en la mayoría de los casos no es algo grave. Aun así, si notas que tu hijo presenta síntomas de conjuntivitis, es importante que lo revise un médico. Algunas veces desaparece por sí sola, pero en otras ocasiones sí es necesario un tratamiento específico para evitar complicaciones o contagios.
¿Qué causa la conjuntivitis?
La conjuntivitis infecciosa, que es la que se puede transmitir a otras personas, puede ser provocada por muchas de las mismas bacterias y virus que causan resfriados y otras infecciones comunes, como las de oído, los senos nasales o la garganta. En algunos casos, también puede ser causada por bacterias similares a las que provocan enfermedades de transmisión sexual como la clamidiasis o la gonorrea.
Pero no todas las conjuntivitis son contagiosas. Existen otros tipos que no lo son, como:
Conjuntivitis alérgica: Es más común en niños que sufren de otras alergias, como la fiebre del heno (rinitis alérgica). Los factores que pueden desencadenar esta alergia son el polen, la caspa de animales, los ácaros del polvo o incluso el césped.
Conjuntivitis irritativa: Esta aparece cuando algo irrita los ojos, como la contaminación del aire o el cloro de las piscinas.
Los recién nacidos son más vulnerables a la conjuntivitis y, si no se trata a tiempo, pueden tener complicaciones más graves. Si una madre tiene una infección de transmisión sexual (ETS), durante el parto las bacterias o virus pueden pasar al bebé y afectar sus ojos, causándole conjuntivitis. Para prevenirlo, los médicos aplican una pomada o gotas antibióticas en los ojos del bebé justo después del nacimiento.
En algunas ocasiones, este tratamiento preventivo puede provocar una conjuntivitis química leve, pero no te preocupes, ya que suele curarse por sí sola. Además, los médicos suelen hacer pruebas a las mujeres embarazadas para detectar ETS y, en caso de encontrar alguna, pueden tratarla durante el embarazo para evitar que se transmita al bebé.
¿Es contagiosa la conjuntivitis?
La conjuntivitis puede ser contagiosa si está causada por bacterias o virus.Cuando es provocada por bacterias, la conjuntivitis puede contagiarse a otras personas tan pronto como comienzan los síntomas y mientras haya secreción ocular, o incluso hasta 24 horas después de iniciar el tratamiento antibiótico.
Por otro lado, la conjuntivitis viral es contagiosa incluso antes de que aparezcan los síntomas y puede seguir siéndolo mientras duren. Sin embargo, la conjuntivitis alérgica y la irritativa no son contagiosas.
Si notas que la conjuntivitis de tu hijo no mejora después de 2 o 3 días de tratamiento, o si pasan más de 7 días sin tratamiento y sigue igual, es momento de contactar al médico.
También es importante que lo lleves al doctor si ves que la hinchazón, el enrojecimiento o las molestias alrededor de los ojos empeoran, o si empieza con fiebre. Estos pueden ser signos de que la infección está avanzando y necesitará atención médica adicional.