Enseñar a los niños a reconocer, expresar y manejar sus emociones es tan importante como enseñarles a leer o a comer sano. La inteligencia emocional les permite construir relaciones sanas, resolver conflictos de manera positiva y sentirse seguros de sí mismos. Y lo mejor es que se aprende, desde casa y desde los primeros años de vida.
Aquí te compartimos 5 tips para fomentar la inteligencia emocional en tu hijo desde el amor, la empatía y el acompañamiento diario.
1. Nómbrale las emociones desde pequeño
Aunque parezca que no entienden, los bebés y niños pequeños sienten muchas emociones desde muy temprano. Ayúdales a ponerle nombre a lo que sienten:
“Estás triste porque se rompió tu juguete”
“Te sientes feliz porque vino tu abuelita”
“Eso que sientes es enojo, y está bien sentirlo”
Esto les da palabras para expresarse y no sentirse confundidos por lo que les pasa por dentro.
2. Valida lo que sienten, aunque no puedas cambiarlo
A veces, queremos calmar rápido el llanto o el enojo. Pero lo más importante no es resolver el problema, sino que tu hijo sepa que lo entiendes.
En vez de decir:
❌ “No llores, no fue para tanto”
Prueba con:
✅ “Sé que te dolió. Estoy aquí contigo”
Validar su emoción no significa que estás de acuerdo con su reacción, pero sí le estás mostrando que está bien sentir.
3. Enséñale formas adecuadas de expresar lo que siente
Los niños necesitan guía para expresar sus emociones sin lastimarse ni lastimar a otros. Puedes enseñarle que:
- Está bien estar enojado, pero no está bien pegar.
- Si está frustrado, puede pedir ayuda o tomarse un momento para respirar.
- Cuando esté contento, puede compartir su alegría con un abrazo o una sonrisa.
Los límites amorosos también son parte de la inteligencia emocional.
4. Sé su ejemplo todos los días
Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que les decimos. Si tú hablas de tus emociones, pides disculpas, respiras antes de gritar o hablas con calma en momentos difíciles, le estás enseñando a hacer lo mismo.
“Estoy cansado hoy y eso me pone un poco irritable. Voy a descansar un ratito y después seguimos jugando, ¿sí?”
Tu forma de manejar las emociones será su mayor referencia.
5. Crea espacios seguros para hablar de sentimientos
Haz de los sentimientos algo cotidiano. Puedes aprovechar los cuentos, los dibujos, las canciones o las rutinas para preguntar:
“¿Cómo te sentiste hoy en el kinder?”
“¿Qué emoción tuvo este personaje?”
“¿Qué te hace sentir mejor cuando estás triste?”
Hablar de emociones debe ser tan natural como hablar del clima.
La inteligencia emocional no se enseña en un día ni en un solo momento: se cultiva con cada conversación, cada abrazo y cada límite amoroso. Acompañar a tu hijo a reconocer y manejar lo que siente es un regalo que le durará toda la vida.
Y si sientes que en algún momento necesitas ayuda extra, recuerda que en Kindoc puedes contar con especialistas que te guían en cada etapa de la crianza.