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Los bebés recién nacidos carecen de un ritmo establecido entre el día y la noche. Descansan a lo largo de las 24 horas y, debido a que sus estómagos pequeños no retienen suficiente leche materna o fórmula para sentirse satisfechos durante períodos prolongados, se despiertan con regularidad para alimentarse, independientemente de la hora del día o la noche.

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¿Cuánto tiempo dormirá tu bebé recién nacido?

Durante los primeros meses, los recién nacidos se despiertan cada ciertas horas para alimentarse, siendo más frecuente en bebés amamantados (aproximadamente cada 2-3 horas) que en aquellos alimentados con biberón (aproximadamente cada 3-4 horas).

Es fundamental despertar a los recién nacidos que duermen por periodos más largos para alimentarlos cada 3-4 horas hasta que alcancen un buen aumento de peso, lo cual suele ocurrir en las primeras semanas de vida. Después de este período, se puede permitir que el bebé duerma períodos más extensos por la noche.

 

Los primeros meses pueden resultar desafiantes para los padres, ya que pueden despertarse varias veces durante la noche para atender al bebé. Cada bebé desarrolla su propio patrón de sueño, algunos logran dormir de manera continua durante la noche (5-6 horas seguidas) a los 2-3 meses, mientras que otros pueden tener sus propios ritmos.

Aquí te compartimos algunos consejos para un entorno de sueño saludable y seguro para tu pequeño:

  • Coloca siempre a tu bebé boca arriba (sobre la espalda) para dormir no lo coloques nunca boca abajo (sobre el abdomen) ni de costado. El índice de SMSL se ha reducido mucho desde que la AAP introdujo esta recomendación en 1992
  • Utiliza una superficie firme, plana y estable como colchón. Cubre el colchón con una sábana que quede bien ajustada No coloques nada más en la cuna
  • Guarda los juguetes de peluche, las almohadas, los edredones, o colchas, las sábanas que no se ajusten bien y los protectores de cuna apartados del área donde duerma el bebé
  • Evita el sobrecalentamiento. Viste a tu bebé según la temperatura de la habitación, sin abrigarlo más de lo necesario. Fíjate en los signos del sobrecalentamiento, como el sudor o estar muy caliente al tacto
  • Mantén a tu bebé alejado del humo del tabaco. Ser fumador pasivo aumenta el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante
  • No pongas a dormir a tu bebé en un dispositivo para sentarse (como un asiento de automóvil) o una almohada para comer
  • No uses productos o dispositivos que afirman reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita, como posicionadores para dormir o monitores que puedan detectar el ritmo cardíaco y el patrón de respiración de un bebé. Ningún producto puede hacer esto

 

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Ayuda a tu bebé recién nacido a dormir

Cada bebé tiene su propio ritmo y, en las próximas semanas o meses, establecerán juntos una rutina. Puede llevar tiempo para que el cerebro del bebé distinga entre el día y la noche. Mantener un ambiente tranquilo durante las tomas y cambios nocturnos puede ayudar en este proceso. Reduce las luces y evita estimular al bebé para reforzar la idea de que la noche es para dormir. Deja que el bebé duerma en su cuna por la noche para asociarla con el sueño.

No es necesario mantener al bebé despierto durante el día con la esperanza de que duerma mejor por la noche. Los bebés descansados tienden a dormir mejor por la noche. Si el bebé está molesto, es válido abrazarlo, cantarle y envolverlo en una sábana ligera para calmarlo.Envolver al bebé no es malcriarlo durante los primeros meses; de hecho, puede reducir los cólicos y las molestias.

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Comprender y abordar el sueño de un recién nacido puede ser un desafío, pero con paciencia y empatía, los padres pueden crear un entorno propicio para un descanso saludable. Es crucial recordar que cada bebé es único, y lo que funciona para uno puede no ser aplicable a otro. La clave está en la observación atenta, la adaptabilidad y el amor constante.

 
Recuerda que el sueño infantil es una etapa de constante cambio, y las rutinas evolucionarán con el tiempo. Confía en tu instinto y no dudes en buscar apoyo cuando sea necesario. Al final del día, la conexión afectiva que compartes con tu bebé es el vínculo más fuerte y valioso.